En los últimos años se ha hecho cada vez más notable la necesidad de desarrollo de nuevos fármacos por parte de las grandes compañías farmacéuticas. Los rápidos cambios tecnológicos y el aumento en la complejidad de los estudios hacen cada vez más complicados los ensayos clínicos.
Los organismos reguladores son cada vez más exigentes en cuanto a la seguridad de los ensayos, los procesos son cada vez más rigurosos para garantizar la eficacia de los fármacos y el gasto económico en el desarrollo de fármacos aumenta rápidamente.